Antes de contarte en qué consiste esta terapia y todos sus beneficios, me gustaría contarte como la conocí y cómo nos ayudo a mí y a mi familia.

Hace unos años, cuando mi hija Noa estaba a punto de cumplir 3 añitos, tuvo un pequeño accidente y se hizo una brecha en la frente al caerse y darse con un bordillo. Aparentemente todo se solucionó con un par de puntos y listo. Pero a los pocos días, yo empecé a notar que estaba rara, me daba la sensación que se caía más de lo normal y se golpeaba con cualquier cosa. La mayoría de las personas pensaba que era normal porque los niños se caen mucho, se tropiezan porque van pensando en las musarañas o distraídos… pero algo en mi sabia que, desde que se había hecho la brecha, algo no estaba bien.

En aquella época, yo estaba estudiando kinesiología y comentando el caso con un compañero, me dijo que él hacia osteopatía craneosacral y propuso que llevase a Noa para hacer una sesión. A los pocos días fuimos y me gustó cómo se desarrollo la sesión, porque a pesar de que a Noa no le gustaba que le manipulasen, pudo estar encima de mí mientras la manos de mi amigo Iván tocaban suavemente su cabeza.

No tardamos en ver los resultados: a los pocos días ya era evidente que Noa volvía a ser la de siempre, ya no tropezaba y se caía todo el rato. Así, fuimos a otra sesión y después no hizo falta ninguna más; y esto me pareció tan mágico que me convertí en una enamorada de la terapia craneosacral.

Por otro lado, yo también estuve recibiendo sesiones, no por algo físico, pero sí a nivel emocional y como crecimiento personal; y me ayudó mucho. Lo cierto es que la terapia craneosacral resonó tanto en mi que necesité saber y conocer cómo funcionaba, para incorporarla a las sesiones de kinesiología. Así, en cuanto pude, me formé como terapeuta craneosacral con especial interés en los niños y a día de hoy es la base de mi trabajo en la consulta.

¿Qué es la terapia craneosacral?

Se trata de una técnica manual, muy sutil y suave -al mismo tiempo que profunda-, cuyo objetivo es localizar los desequilibrios del sistema craneosacral, formado por los huesos del cráneo, la medula y las membranas intracraneales. Esto se logra trabajando sutilmente sobre los tejidos conectivos que envuelven nuestros órganos y que conectan todas las partes de nuestro cuerpo -es decir, sobre las fascias, sobre las membranas durales que recubren el cráneo, el encéfalo y todo el sistema nervioso.

El terapeuta evalúa el ritmo craneosacral, localizando aquellas zonas donde hay restricciones de movimiento. Usamos las manos para escuchar al cuerpo, normalmente cabeza, cuello, columna, sacro, pies… Y mediante manipulaciones muy sutiles -que a simple vista no se aprecian-, ayudamos al cuerpo a equilibrarse y a liberar sus bloqueos, ya sean físicos, energéticos o emocionales.

Mediante esta escucha, ofrecemos al cuerpo la propia capacidad de autorregulación y sanación. De esta forma, cada sesión va siendo construida sobre la anterior, hasta llegar a capas más profundas a través de la relajación de las estructuras lesionadas o contraídas.

¿Cómo es el trabajo con los bebés y los niños?

En el caso de bebés y niños, el trabajo debe ser especialmente sutil y delicado. Para llevarlo a cabo de forma satisfactoria, es necesario tener en cuenta no solo al niño, sino también a su familia y el entorno en el que ha nacido y se ha desarrollado.

Las primeras sesiones son un proceso de descubrimiento y observación de los aspectos físicos y emocionales, ya que es muy importante conocer la historia del nacimiento para apoyar al bebé y a sus padres. Es importante explicar al bebé lo que se va a realizar en la sesión, así como pedirle permiso para iniciarla; y dejar que sea él quien la guíe, recurriendo a mamá siempre que lo necesite y reconociendo sus sentimientos y sus necesidades. Y también es fundamental crear espacio libre de juicios.

¿En qué casos nos puede ayudar esta terapia?

A continuación nombraré muchos aspectos beneficiosos de la terapia craneosacral:

Especialmente durante el embarazo, la terapia craneosacral favorece la relajación de pelvis, sacro, lumbares, etc.; puede ayudar en las náuseas y mareos; regulación de la circulación y tensión arterial; y a armonizar todos los sistemas para que la mamá y el bebé estén lo más cómodos posible, apoyando así el vínculo mamá-bebé.

En el Postparto, no solo atiende a la parte física, sino también a la parte emocional que es necesario trabajar. La terapia craneosacral también sirve de apoyo tanto a la mamá como al bebé durante la lactancia.

En el parto, sobre todo si este ha sido difícil o traumático (vuelta de cordón, fórceps, cesárea, ventosas, nalgas, etc), la terapia craneosacral puede ayudar a borrar el trauma físico y emocional.

A nivel pediátrico la terapia craneosacral es beneficiosa para:

·Cólicos del lactante

·Regurgitación

·Tortícolis congénita

·Asimetrías craneales

·Dificultades para conciliar el sueño

·Irritabilidad

·Problemas de succión

·Lagrimal obstruido

·Problemas de dentición

·Problemas de vista, oído

·Trastornos respiratorios

·Trastornos digestivos

·Escoliosis

·Bruxismo

·Alteración de la ATM, articulación tempero mandibular.

Y un largo etcétera.

 Craneosacral Centro Adin 1  Craneosacral Centro Adin 3  Craneosacral Centro Adin 2

Por otra parte, la terapia craneosacral também puede ayudar a corregir algunos problemas, trastornos o disfunciones detectados en edad escolar:

·Problemas de aprendizaje

·Problemas de lecto-escritura

·Discalculo

·Déficit de atención

·Hiperactividad

·Dislexia

·Trastornos del lenguaje

·Trastornos de conducta que pueden aflorar cuando empiezan las relaciones sociales con otros niños, baja autoestima, depresión infantil, irritabilidad, agresividad, etc.

Se trata de una terapia totalmente compatible con otros profesionales como psicólogos, logopedas, pedagogos, fisioterapeutas o cualquier otro profesional relacionado con la atención al niño. Además, la terapia craneosacral no solo está indicada cuando hay una serie de trastornos claros, también a aquellos que presentan unos signos sin que lleguen a considerarse lesiones les puede beneficiar e incluso actuar de forma preventiva para evitar problemas futuros.

Por concluir, me gustaría insistir en que es una técnica muy adecuada y recomendable para cualquier persona, en cualquier momento de su vida, indicada desde el nacimiento, debido a la suavidad de las manipulaciones y a sus características de estimulación de los propios recursos de salud del organismo.

Si tienes alguna duda, inquietud o quieres saber más sobre la terapia no dudes en consultarnos 🙂